Cada semana nos encontramos en consultoría con restaurantes donde se cocina muy bien, con producto fresco, técnica y cariño. Pero las mesas siguen vacías.
No es porque estés haciendo nada mal dentro de la cocina. Es porque el cliente no entiende quién eres, qué prometes ni por qué debería elegirte.
La carta dice una cosa, la web dice otra, y las redes sociales van por libre… Cuando no hay coherencia, no hay confianza. Y sin confianza, no hay reservas.
La identidad es tu punto de partida
Muchos confunden la identidad de marca con el logo, los colores o el diseño de la carta. Pero eso es solo la superficie.
Tu identidad es todo lo que te hace reconocible: cómo hablas, cómo se siente tu local, cómo tratas al cliente, qué música suena y qué emoción provocas.
Si vas a una cadena como McDonald’s o Starbucks en cualquier parte del mundo, todo huele, suena y se siente igual. Eso no pasa por casualidad: han trabajado su identidad.
Por supuesto, no te pedimos que copies a una franquicia y que dediques los mismos recursos que ella a su identidad de marca. Pero hay cosas que puedes hacer desde tu posición, como actuar como una marca. Si no sabes por dónde empezar, pregúntate:
- ¿Qué tipo de restaurante quiero ser?
- ¿A quién quiero atraer?
- ¿Qué experiencia quiero ofrecer desde que alguien me descubre hasta que se va?
Cocinar bien se da por hecho. Lo que importa es lo que comunicas antes.
Hoy, el cliente no elige por la calidad de la comida: elige por la promesa de experiencia.
Si un cliente quiere comer bien, puede hacerlo en casa. Pero si busca algo más, irá allí donde se le haga sentir, y conectará con marcas que transmiten propósito y coherencia.
Por eso, tu mensaje, tu web, tu Google y tus redes son tan importantes como tu cocina. Son los puntos de contacto que definen tu reputación antes de que prueben tu comida.
Si esos puntos no están alineados, no importa lo buena que sea tu paella: nadie la probará.
Tu equipo también es parte de tu marca
La identidad no se queda en un manual de marca o en una sesión de fotos. Tu equipo es la extensión de tu restaurante: cada sonrisa, cada recomendación y cada detalle en sala refuerza o destruye tu marca.
Y si tus empleados no saben cuál es la visión ni qué tipo de cliente quieres atraer, no pueden ayudarte a construirlo.
Dedica tiempo a explicarles quién eres, qué buscáis y hacia dónde vais. Cuando entienden el propósito, trabajan con otra actitud.
Profesionalízate o te quedarás atrás
Durante años, muchos restaurantes sobrevivían con intuición: familia, esfuerzo y buena comida. Hoy, eso ya no basta.
La hostelería se ha profesionalizado.
Necesitas estrategia, medición y planificación. Tienes que actuar como una marca, no como un bar improvisado.
Pregúntate:
- ¿Cuántas horas quiero trabajar realmente?
- ¿Qué vida quiero tener en 5 años?
- ¿Qué quiero conseguir con este negocio?
Si no sabes responder, estás cocinando sin brújula.Y cuando cocinas sin rumbo, es cuestión de tiempo que te quemes.
Analiza tus puntos de contacto
Empieza por lo básico:
- ¿Qué dice Google de ti?
- ¿Cuándo fue la última vez que actualizaste tu web?
- ¿Qué impresión da tu Instagram al cliente nuevo?
- ¿Estás respondiendo reseñas o dejándolas morir?
Cada uno de estos puntos forma parte de tu embudo de percepción. Y si tú no lo cuidas, nadie más lo hará. Eres tú quien tiene que poner orden, revisar y tomar decisiones.
Tómate un café contigo mismo
Entre comandas, tickets y proveedores, muchos restauradores olvidan algo esencial: pensar. Pensar en su propósito, en su vida y en lo que realmente quieren construir.
Tómate un café contigo mismo, haz una pausa y decide cómo quieres que te perciban. Porque si tú no sabes quién eres, el resto tampoco.
De la identidad al plan de acción
Una vez tengas claro quién eres y qué te diferencia, el siguiente paso es ordenar.
Define un plan de acción:
- Qué harás los próximos 15 días.
- Qué objetivos tendrás cada trimestre.
- Qué pasos te acercan a esa visión.
Y, sobre todo, cumple tu propio plan.No se trata de hacer todo perfecto, sino de avanzar de forma constante. Tres tareas hechas valen más que siete planificadas y ninguna cumplida.
Cocinar bien ya no es suficiente.Si no trabajas tu identidad, tus puntos de contacto y la coherencia entre lo que ofreces y lo que comunicas, estás dejando tu éxito en manos del azar.
No se trata de cambiarlo todo mañana, se trata de dar dirección a lo que ya haces bien.
Cuando comunicas con coherencia, conectas. Cuando conectas, generas confianza. Y cuando hay confianza, las mesas se llenan.
Si quieres profundizar en cómo alinear tu restaurante y construir una marca con propósito, Jaume Pujol, CEO de Coent te lo explica paso a paso en el vídeo de esta semana.
También te recomendamos que te suscribas a nuestra newsletter, donde cada semana compartimos estrategias prácticas, ejemplos reales y recursos descargables para que tu restaurante crezca con dirección y no con improvisación.